martes, 28 de septiembre de 2010

HISTORIA DEL PUEBLO DE DIOS

Dios se ha ido revelando a la humanidad a través de muchos caminos: por medio de las maravillas de la creación; a través de los diferentes códigos éticos que muestran el sentido del bien y de la justicia; en la sabiduría de los que buscan, por medio de la razón, las verdades primeras; y, especialmente, en la intimidad de la conciencia de cada ser humano.

Estos caminos de encuentro con la divinidad han estado presentes, en algún u otro momento de la historia, en distintos pueblos y culturas de la tierra. Pero hubo una nación, entre todas, que experimentó un lugar privilegiado de Dios para mostrarse a los hombres: la historia.

Ese pueblo, Israel, descubrió que su Dios sin imagen se mostraba a través de los acontecimientos que jalonaban su devenir como nación, y que cada vez que se desvelaba ante sus ojos, se desvelaba con una intención muy concreta: manifestar su designio de amor y salvación para con ellos y, a través de ellos, con toda la humanidad.

La elección de Abraham, la alianza con sus promesas, la liberación de la esclavitud de Egipto, el largo caminar por el desierto, la entrega de la Ley mosaica, la entrada a la tierra prometida, el reinado de David, el grito de los profetas, el destierro a la cruel Babilonia, la vuelta del destierro, la esperanza mesiánica,... son al mismo tiempo historia y teología, la lectura creyente de unos hechos que muestran a un Dios totalmente distinto al de las demás naciones. Un Dios que tiene una intención de amor y salvación, que le preocupa el asunto del pobre, del huérfano, la viuda, el extranjero, ...en definitiva, la instauración de la justicia y el derecho como distintivos de lo que le agrada, de su voluntad para con los hombres.

Esta historia estaba preñada de esperanza. En el vértice culminante del tiempo, un hijo de Israel, Jesús de Nazaret, en quien los cristianos reconocemos al Cristo, el Hijo de Dios vivo, con su venida al mundo, con sus hechos y palabras, con su muerte en cruz y su resurrección, ha dado un nuevo y definitivo significado a la historia del pueblo de Dios.

Penetrar en los entresijos de esta historia, la historia de Israel, es necesario para comprender cabalmente el mensaje de la Palabra de Dios. En este sentido, el libro Historia del Pueblo de Dios, de Euclides Martins, es muy interesante porque une el dato histórico-crítico y cultural, con la lectura de fe que nos transmite la historia israelita, y además va proponiendo a lo largo de la lectura una serie de puntos de reflexión que intentan actualizar en nuestro hoy situado, la experiencia de salvación que testimonia el pueblo de la Biblia.

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