lunes, 18 de octubre de 2010

ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA FUNDAMENTAL


El cristianismo proclama una buena noticia en relación al misterio de la persona humana.

El libro de Alejandro Martínez Sierra, Antropología Teológica Fundamental, presenta los temas centrales de la reflexión teológica sobre el hombre/mujer, a la luz de la Palabra de Dios, que es a la vez gracia de salvación y revelación del Dios vivo.




En mis estudios de teología, de la mano de algunos sabios jesuitas, aprendí que Revelación y Salvación son las dos caras de una misma moneda. Dios cuando se revela a sí mismo, se muestra para manifestar su amor y su salvación; y cuando salva, cuando experimentamos su amor misericordioso, lo conocemos, se nos revela,...

Pues bien, en el misterio de la persona humana, se nos muestra Dios mismo, su bondad, su misericordia,... Y cuando penetramos en el amor de Dios, llegamos a encontrarnos a nosotros mismos, nuestro propio centro, nuestro destino,...

Hemos sido creados para Dios. Para conocerlo, alabarlo, amarlo, servirlo, y realizar su voluntad en nosotros. En medio de nuestro tiempo secularizado esto puede sonar fuerte, pero es una verdad liberadora. Nadie vive para sí mismo. Ni para su pareja. Ni para sus hijos. Ni para acumular posesiones. Ni para alcanzar éxitos o logros, por más laudables que estos sean.

Vivimos para Dios, con nuestra pareja, amando a nuestros hijos, trabajando para llevar una vida digna, desarrollando nuestros talentos y dones, sirviendo a los demás,...Pero Dios es el centro.

Hay cierta ideología del éxito y de la realización humana, que tiene aspectos positivos, en cuanto manifiesta una gran fe en las posibilidades humanas, pero que coloca el logro de las metas personales en el centro, como si ello fuera el fin de la existencia humana.

El eje de la existencia es amar a Dios y al prójimo. El mayor fracaso es frustar el propósito de Dios en nuestra propia historia. Por eso Jesús habla en el Evangelio de perder la vida, para ganarla.

La vida de Jesús, centrada en el Padre, es el modelo.

Dios tiene un propósito de salvación y misericordia para con cada uno de sus amados hijos e hijas. También contigo que lees este post.

Hoy cuando la cuestión de Dios es debatida, nada más urgente que proclamar, y vivir, la cuestión del hombre, que es profecía y luz, camino de encuentro con el Padre.

Sobre todo, por encima de todo, en todo: el bien de la persona humana, su dignidad única.

Si Dios desaparece del escenario, lo más perjudicado no es la religión ni siquiera Dios mismo, es el ser humano en cuanto tal.

¡ Es urgente que nuestro tiempo conozca lo que Dios ha manifestado sobre nosotros mismos ! Qué el libro de Alejandro Martínez nos sirva de ayuda.

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1 comentario:

  1. Soy y he sido una gran lectora de todos los escritos del P.Martínez Sierra. Gracias a su apoyo y animo me ayudó a hacer los cursos de TUP Comillas. Y me enseñó a amar a la Virgen y a profundizar más en las exigencias de nuestra fe. Que ya haya alcanzado la paz verdadera junto al Padre Dios y junto a Maria Virgen a la que tanto amó

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