domingo, 31 de octubre de 2010

HALLOWEEN: ¿Una celebración inofensiva?


La costumbre estadounidense de celebrar el 31 de octubre de cada año, víspera de la fiesta cristiana de Todos los Santos, la noche de Halloween se ha ido extendiendo paulatinamente a nuestros países hispanos, ajenos a esta tradición, que, según parece, se remonta a la religión de los celtas.

Tengo que reconocer que la fiesta es muy llamativa, especialmente para los chicos y chicas: disfraces, caramelos, adornos relacionados con el terror: calabazas, brujas, espectros, fantasmas, tumbas,...y, luego, en diversos sitios, decoraciones y fiestas con el mismo tema brujeril, incluso en algunos centros educativos.

¿Es acaso una celebración inocente? Nos parece que no.



Los símbolos que usamos y compartimos no son cosas baladí, responden a un contexto, tienen un significado. Toda la parafernalia de la fiesta del Halloween se relaciona con el mundo del ocultismo, y las fuerzas del mal. Especialmente con el tema del demonio, y de la muerte.

¿Qué hacemos los cristianos, renacidos en las aguas del bautismo, hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, celebrando una "noche de brujas" como si fuera un juego? Además, se sabe que diversas sectas ocultistas, aprovechan la noche de Halloween para celebrar sus ritos y ceremonias.

Halloween es una celebración que hace del terror y de la muerte, de lo oculto y lo maligno, sus señales distintivas, justo lo que se opone a la fe que profesamos en Jesús, el Señor.

Los cristianos, como dice la Palabra, por la muerte y la resurrección de Cristo hemos pasado de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, de la tristeza a la alegría de la salvación, del temor a la esperanza.

Además de ser una fiesta ajena a nuestras tradiciones hispanas, su significado contradice la fe cristiana que profesamos en nuestros corazones y confiesan nuestros labios. Por eso, les invito, encarecidamente, a que no participemos en ella, ni nosotros ni nuestros queridos hijos e hijas.

En clase de Religión, se puede aprovechar la ocasión para explicar a los alumnos y a los alumnas sobre el sentido y el significado de Halloween, desde una perspectiva cristiana.

A algunos les podrá parecer exagerada nuestra postura. Pero, da igual, ser cristiano o cristiana es nadar muchas veces contra corriente.

En muchos sitios, se está promoviendo una celebración alternativa como preparación a la festividad de Todos los Santos, también con disfraces y con caramelos, pero con una simbólica de alegría y gracia, de paz y de bendición, acorde a los valores del santo Evangelio.

Está claro, lo propio de los cristianos es celebrar la vida, no la muerte ni mucho menos el terror.

En relación a este tema, les dejo este librito que encontré en la red, Halloween: ¿una celebración inocente?, donde se expone, con sólidos argumentos, la postura cristiana frente a la fiesta de Halloween.






HALLOWEEN: ¿UNA CELEBRACIÓN INOCENTE? : DESCARGAR


"Dando con alegría gracias al Padre que os ha hecho aptos para participar en la herencia de los santos en la luz. El nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al Reino del Hijo de su amor, ..." (Col. 1, 12-13)

3 comentarios:

  1. es algo que crece cada año ma pero como dice su palabra su pueblo peca pr ignorancia...lo que tenemos que hacer es informar mas del tema y buscar extratejia para informe lo que el enemigo quire hacer por que el vino a matar destruir y urtar y no debemos permitir que el nos quiere dtruir porque so mos mas que vencedorres

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  2. Creo que tienes razón, pero los niños y los jóvenes, que son los que más lo celebran lo viven como una oportunidad para disfrazarse y pedir caramelos a la gente, no como lo que has escrito tú aquí. Su manera de vivirlo no se considera fuera de nuestra religión, ¿o sí? Esa es mi manera de entenderlo. Es como otro juego cualquiera, pero popular, es decir, que lo hace todo el mundo.

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    1. Maider, los cristianos no deberíamos celebrar el Halloween por las connotaciones esotéricas que tiene esta fiesta, que contradicen nuestra fe, y aunque parezca un simple juego de niños, tiene mala influencia espiritual y constituye un anti-testimonio. Podemos sustituirla con otras fiestas que también pueden ser divertidas para los chicos. La aparente "inocencia" de esta celebración es engañosa. Un saludo desde Tenerife y gracias por tu comentario

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