Hoy celebramos la fiesta de san Antonio Abad (251-356), padre del monaquismo, en su versión eremítica, y uno de los santos antiguos de mayor influencia en la espiritualidad cristiana.
El joven Antonio, en respuesta a un pasaje del Evangelio que escuchó en la asamblea, renuncia a todos sus bienes y decide retirarse a la soledad del desierto, a fin de llevar vita apostolica, es decir, el estilo de vida de los apóstoles en torno a Jesucristo, según el testimonio que encuentra en el mismo Evangelio.
Antonio desconoce eso que llamaríamos un cristianismo "light". Jesús de Nazaret ejerce en él tal fascinación que le lleva a asumir opciones radicales: buscarle en la soledad, estar totalmente disponible para el Reino de Dios, liberarse de la atadura de los bienes y las riquezas.
Ser totalmente de Dios. Sin componendas de ninguna especie. Radicalidad.
Un aspecto interesante es la centralidad que tiene en su vida la Palabra de Dios: la escucha, la obedece, la medita, la ora, la contempla,...hasta que esa Palabra puebla con toda su riqueza sus labios y su corazón, y le transforma por completo.
Además, su testimonio es famoso por las escenas tremendas de combate con las fuerzas del mal, que se valen de todo tipo de trampas para tentarle, de las cuales escapa gracias a su profunda humildad, y a la austeridad de su vida penitente y sencilla.
En síntesis, una existencia unificada en el seguimiento radical a la persona de Jesucristo, que le conduce a una ardiente caridad apostólica, a la llamada oración pura, el encuentro cara a cara con el Dios uno y trino, la inefable experiencia de la contemplación infusa.
Todo un mensaje y una profecía para este tiempo nuestro, que parece haber perdido muchas veces el sentido de Dios, como la razón fundamental de la existencia.
Nuestro tiempo, tan cansado de palabras y doctrinas, de explicaciones y argumentos, y tan necesitado de verdaderos testigos del Dios vivo.
Un tiempo urgido de verdaderos Abad, padres que nos engendren en la vida nueva en Cristo.
Porque, hoy, igual que ayer, sólo Dios llena el corazón.
Aquí les ofrezco todo un clásico de la espiritualidad cristiana: La vida de San Antonio, escrita por el famoso obispo alejandrino San Atanasio, con ese sabor y esa unción que tienen los escritos de los padres de la Iglesia.
VIDA DE SAN ANTONIO : DESCARGAR
Marce muy interesante tu artículo, por cierto dejame decirte que el nuevo diseño que le diste a tu página ppal. me encanta ese verde uufff, muy bello, un abrazo
ResponderEliminarGracias Bea, san Antonio es uno de esos santos sencillos pero tremendamente profundos en sus opciones radicales de vida. Me alegra que te guste el nuevo look de mi página. Bendiciones.
ResponderEliminarMarcelo