sábado, 19 de mayo de 2012

5 lecciones peligrosas que nos enseñaron en el colegio

Ayer pasé por delante de mi colegio, ya que he vuelto a vivir en el barrio de Madrid donde crecí, y empecé a recordar como nos educaban en aquella época. Recordé a los profesores y la forma en que nos dirigían. No se cortaban a la hora de determinar quienes eran “los buenos” y “los malos” como si se tratara de una peli de vaqueros. Establecían criterios básicos de “blanco o negro” y se olvidaban muchas veces que el mundo está creado por millones de colores, formas, ideas, opiniones y comportamientos.

Pensando en lo que nos enseñaban, he llegado a la conclusión de que ha habido algunos aspectos importantes que en mi caso he tenido que “desaprender” para salir adelante en la vida, en el trabajo y con las relaciones personales:

Las personas que mandan tienen todas las respuestas - En aquella época no era correcto discutir y argumentar con el profesor. La comunicación ocurría en una dirección y si intentabas argumentar su discurso, los profesores generalmente se sentían atacados. Aprendimos la lección de “no discutir con tu jefe, aunque no tenga la razón”.

Los mejores y más brillantes siempre siguen las reglas – Está claro que debe ser muy difícil tener en clase a un montón de niños de forma ordenada si no les enseñas y “obligas” en cierto modo a cumplir las reglas, sin embargo a lo largo de la vida desarrollamos la intuición, que nos ayuda a decidir cuando es más o menos conveniente romper las reglas para conseguir mejores resultados. Cuando éramos niños nos recompensaban por ser perfectos subordinados, ignorando el desarrollo de la capacidad creativa.

Lo que dice el libro es siempre verdad – Si en aquella época no podíamos cuestionar y argumentar con los profesores, entonces era prácticamente imposible pensar que a veces los libros tenían una opinión partidista o sesgada de la realidad.

Solo hay un único camino hacia el éxito – Se llamaba universidad. No había otra alternativa atractiva. Nadie hablaba con orgullo de las profesiones manuales, técnicas o artísticas. No se mencionaba la posibilidad de empezar empresas. La única salida viable era sacar buenas notas para ir a la universidad.

Los tests estandarizados miden tu valía – Antes parecía que los que sacaban buenas notas valían más que los que suspendíamos. Todo se medía por el mismo rasero y por supuesto no se potenciaban las capacidades personales e individuales que cada persona pudiese poseer.

Lo que me pregunto realmente es ¿Esto ha cambiado hoy en día? Me encantaría que opinéis.

Alberto LorentePublicado por Alberto Lorente









Fuente: WESLU

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