miércoles, 4 de julio de 2012

La duda de Tomás: Ayer y hoy, palpando el costado de Cristo

Artista Desconocido, "La Duda de Santo Tomás", Salterio de Santo Albano, 

Artista Desconocido, "La duda de Santo Tomás"

Lieseregg, "Santo Tomás"
Melantrich, "Santo Tomás"

Santo Domingo de Silos, "La duda"

Marten de Vos, "Santo Tomás"
Mathias Stom, "La incredulidad de Santo Tomás"

Mattia  Preti, "Santo Tomás"

Diego Teixeira, "Incredulidad de Santo Tomás"
  
Caravaggio, "La incredulidad de Santo Tomás"
Thomas Cale, "Doubting Thomas"
Bruce Letho, "Doubting Thomas after Caravaggio"

Stelvio Gambardella, "Incredulita di San Tommaso"

John Granville Gregory, "Still Doubting"

Nomad´s Art Blog, "Doubthing Thomas"
Piliero, "Doubting Thomas"

Pedro Paricio, "Santo Tomás"

Bob Kessel, "Doubting Thomas"

Dwight Juda Ward, "Doubting Thomas"

He Qi, "The doubt of St. Thomas"

Yola, "Doubting Thomas"
He querido reunir una pequeña galería artística sobre el gesto del apóstol Tomás palpando con su mano el costado de Jesús Resucitado. El tema nos remite al Evangelio de Juan (Cap. 20, 24-29)

Al contemplar estas imágenes todas juntas sorprende el paralelismo de la escena, constituyendo una especie de tradición, en el mejor sentido de la palabra.

La pintura de Caravaggio, La incredulidad de Santo Tomás, juega un papel especial, pues ha servido de modelo para representaciones posteriores. Sin embargo, el insigne pintor italiano se apoya a su vez en la obra de generaciones anteriores, por lo que constituye un eslabón más de una larga cadena.

Más allá de las formas, está el fondo.

Nosotros, hijos e hijas de nuestro tiempo, tan marcado por la duda cartesiana, y el reduccionismo cientificista, convivimos con el drama de Tomás: hombres y mujeres  que pretenden ver para creer, o mejor, por si acaso la vista nos engañe, tocar para creer.

¿Pero bastará tocar para creer? ¿Y si el tacto también es una ilusión? ¡Vaya por Dios! Puestos a dudar no hay manera de poner fin.

La confesión de fe en Cristo Resucitado no se resuelve con pruebas físicas.

Creer en la resurrección de Jesús, testimoniada por los apóstoles, es una experiencia que se funda en el seguimiento a su persona, es un convencimiento que obra en nosotros el Espíritu Santo, es la vivencia misma de la nueva vida que nace del Evangelio.

Haciendo el camino nos encontramos con el Resucitado.

Pero hemos de caminar. Eso significa la fe, que es al mismo tiempo un don de la gracia, y respuesta humana al regalo maravilloso del amor de Dios.

Exponer en clase de Religión las diversas representaciones de "la duda de Tomás", especialmente las actuales, puede ser un recurso muy interesante para hablar del significado de Jesucristo, y de la fe en él, para el hombre y la mujer de hoy.

Algunas preguntas que pueden guiar la reflexión:

* ¿Por qué seguimos representando en nuestra época la duda de Tomás?

* ¿Qué puede significar hoy el gesto de meter la mano en la herida del costado de Cristo Resucitado?

* Escoge una de las imágenes, observa la actitud de los personajes, el color, el dibujo, los gestos, y compárala con la de los demás.

*  ¿Has "palpado con la mano" todas las cosas que crees? Reflexiona tu respuesta.

* Siempre encontramos pistas que nos van confirmando en el camino de la fe ¿Qué signos hay en tu vida, o en tu entorno, que te ayuden a creer en Jesucristo?



"Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré". Ocho días después estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: "La paz con vosotros". Luego dice a Tomás: "Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente" Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Dícele Jesús:

"Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído
(Jn. 20, 24-29)

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