lunes, 8 de julio de 2013

Vacaciones: contraste de azules


Vacaciones. Y yo, para variar, en un estado de total despiste.

Ha pasado casi un mes, ¡zas!, y yo sin actualizar mi Blog. Esta vez no es por falta de tiempo. Me parece que he sufrido de un exceso de temas, ¡estoy saturado!, ideas que van y vienen, sucesos que me salpican, marejada de pensamientos, de espejos quebradizos,...

Soy un permanente monólogo que no concluye. El fluir de la conciencia.

No vivimos nuestro ser de hombres, ni nuestro ser cristiano, encerrados en nosotros mismos. Creer, y vivir, es siempre dialogar, relacionarse. Es asomarse a la ventana, es zambullirse en el torbellino donde se suda el pan cotidiano y  los malvados hacen su guerra, trafican con las esperanzas de los buenos, engañan a los incautos.

Además yo sufro del mal de la curiosidad, quiero saber que acontece más allá de mi portal, no lo puedo evitar. Se trata de un síndrome incurable.

He estado leyendo sobre la ideología de género y me he estado replanteando ciertas ideas. Hay por ahí  materiales muy buenos sobre lo que vienen reflexionando los cristianos en torno a temas tan candentes como el matrimonio homosexual, la igualdad hombre-mujer, el aborto, etc. Como he dicho en otras ocasiones, el asunto me interesa sobremanera. Ya les contaré.

¿Han escuchado las predicas diarias del Papa Francisco? ¿Por qué será que los medios de comunicación social apenas se hacen eco de sus palabras? De todas maneras ya se acerca la JMJ Río de Janeiro 2013, así que lo veremos por la tele, o por Internet, y lo tendremos muy presente en nuestras oraciones, aunque los mass media sigan con su estrategia "desinformativa".

No tengo reparo en confesar, ¡hay que ver cómo estamos hoy!, que pierdo mucho tiempo con las Redes Sociales. Tengo que aprender a dosificarme. Es cuestión de ascésis.  En esto, como en tantas otras cosas, la virtud está en el medio.

Alguien comentó que las vacaciones no son un tiempo vacío, sino la oportunidad de hacer cosas que no hacemos en otros períodos del año. Palabras ciertas, porque la ociosidad es siempre, como decían los antiguos, enemiga del alma. Recuerdo aquel consejo de la Regla Carmelitana: "Qué el diablo te encuentre con las manos ocupadas"

Hoy me he confesado en Santa Cruz ¡Qué grandes bendiciones de amor y misericordia reserva el Señor para nosotros en el sacramento de la reconciliación! ¡Es una pasada!

Vacaciones, un tiempo precioso para rezar el rosario con calma, leer la Palabra, dedicar ratitos a la oración, al encuentro personal con Jesús, a la contemplación.

Necesitamos ser profes-misioneros-discípulos contemplativos. Dejarnos broncear por el Señor en el sol del silencio,... frente al Santísimo, habitando nuestro santuario interior. En este horno se forjan los profetas de la Palabra.

Y que un carbón encendido queme nuestros labios.

Nos vemos estos días. Entretanto, unas refrescantes imágenes, contraste de azules, de la Polinesia francesa. No crean que he viajado hasta esos parajes, ¡qué más quisiera!, pero puestos a adornar el post, no hemos querido escatimar en belleza y exotismo, da igual que nunca hayamos estado allí. 

El azul del mar fue una de las cosas que mejor le quedó al Señor en la mañana de la creación. Ya habrá tiempo de decírselo en el cielo. Es que, ya se sabe, nuestro Dios es todo un artista.

Un abrazo grandote en Jesús y María.