jueves, 12 de diciembre de 2013

"Oh come, oh come, Emmanuel!": Paisajes de Adviento


El tradicional canto de Adviento "Oh come, oh come, Emmanuel!" (¡Oh ven, oh ven, Emmanuel!), en la inconfundible voz de Enya. Como marco una colección de paisajes que evocan los valores de este tiempo: la esperanza, la búsqueda de Dios, el desprendimiento de uno mismo,…

Fuimos creados en comunión de amor con la naturaleza, esta feliz armonía fue rota con el pecado. Nos queda ahora la nostalgia de volver, de recobrar el paraíso que una vez habitamos. La belleza de la creación, sus maravillas, suscita en nosotros sentimientos de admiración y gratitud. Lo creado testimonia a Dios mismo, es su obra, tiene su sello.

Todo eso lo sabemos. Basta abrir los ojos y escuchar.

La creación entera gime, dice san Pablo, sufre dolores de parto, aguarda la feliz manifestación de los hijos de Dios. Junto con ella nosotros también estamos a la espera, en el Adviento definitivo y final de la historia, aguardamos la venida feliz del Señor, su aparición gloriosa no ya en la humildad de nuestra carne, sino en gloria y majestad, como Rey del univero.

Entretanto, el esposo nos ha sido arrebatado, es hora de velar y de orar, de llenar de aceite las alcuzas de nuestras lamparas, preparados para cuando se nos anuncie: "¡Qué llega el esposo, salid a su encuentro!"  

Que el deseo de Dios esté encendido en nosotros, que podamos recibirle con el corazón y decirle: ¡Oh ven, oh ven, Emmanuel!

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