lunes, 6 de enero de 2014

"La que se avecina", ...la estética de la chabacanería


Por higiene mental nunca veo la cadena española Telecinco. No sé cuando tome esa decisión tan rotunda, pero lo cierto es que me repele, si por casualidad haciendo zapping aterrizo en ese canal, brinco enseguida para otro. Se puede decir que es algo instintivo. Esta noche, sin embargo, fiesta de los Reyes, después de cenar, he pillado el comienzo del programa "La que se avecina", una popular serie, precisamente, de Telecinco.

Me acordé que meses atrás haciendo una pequeña encuesta con los alumnos sobre sus programas televisivos preferidos, muchos de ellos, por no decir la mayoría, mencionaron "La que se avecina", así que decidí verlo aunque sea por un rato.

La serie trata de las peripecias de una comunidad de vecinos formada por unos personajes bastante variopintos, con muchas alusiones a la actualidad española, vista desde una perspectiva irónica y hasta grotesca

Los diálogos me parecieron bastante pobres y simplones, y el lenguaje extremadamente soez y bajo, con reiteradas referencias al tema sexual. En la primera escena, por ejemplo, aparece el portero detrás de una puerta con los pantalones bajos y, aparentemente, manteniendo actividad sexual con una mujer, a quien luego vemos insistiéndole en que deben concluir lo que habían comenzado 


Unos minutos más tarde una vecina que quiere hacer una película, va a pedir un crédito a un banco, ante la negativa del empleado en concederle lo que solicita, se mete debajo de su mesa para realizarle lo que simula ser una felación, objetivo que no logra gracias a la interrupción del marido. Unas escenas más allá el presidente de la comunidad de vecinos y el vicepresidente, ayudados por el portero, contratan una prostituta, que resulta ser una yonki, para que distraiga el securitas de una empresa, y facilitarles la entrada a un recinto prohibido.

En medio de la sarta de vulgaridades de este guión, me ha llamado la atención un personaje que responde al nombre de Berta, y que es presentada como una católica mojigata, con un marido machista y xenófobo, proyectando así un estereotipo de los creyentes como si fuéramos todos gente pacata y pre-moderna, muy en la línea de la canción aquella que se puso de moda hace algunos años en España, y que era toda una burla a la enseñanza cristiana sobre el noviazgo y las relaciones de pareja: "Amo a Laura, pero esperaré hasta el matrimonio".

Creo que me comprenderán si les digo que no resistí hasta el final del capítulo, en cuanto consideré que había visto lo suficiente cambié de canal. 

Reflexionando sobre lo visto, me pregunto: ¿Será posible que un programa tan cutre, cargado de tópicos, con un  montón de gags sin humor, y un guión plagado de vulgaridades goce de tanta popularidad entre mis alumnos, y tenga, de paso, tan altos niveles de audiencia en España? 

Me he acordado de esta estética de lo chabacano y de lo vulgar, de lo agresivo y de lo procaz, que se impone como modelo desde los centros de poder. En realidad, no interesa  formar una juventud crítica e inteligente, sino que aprenda a reír a costa de vulgaridades, y que se dedique a consumir productos, y más productos.

Domar las mentes de los chavales, vaciarlas de contenido, hipnotizarlas con estupideces, y, sobre todo, que no se rebelen, que no aprendan a pensar. 

Otra cosa muy distinta es la concepción de la persona humana, de la dignidad humana, del valor sagrado de lo humano, que se nos revela en el misterio del humanísimo Jesús de Nazaret.

Porque la estética cristiana es siempre humanizadora, en ella lo hermoso esta estrechamente unido a lo bueno y a lo verdadero.

Al apagar la tele me invade un sentimiento de nostalgia.

Estoy cansado, mi generación está cansada, la que me sigue estás más cansada aún, cansados de esta estética de la chabacanería y de la vulgaridad que nos imponen por la cara los medios de comunicación de masas.

@MarceloMartín

1 comentario:

  1. m.carmen guitian garre7 de enero de 2014, 21:15

    Marcelo pienso lo mismo que tu sobre esta serie que de horas desperdiciadas viendo en telecinco la cadena basura y que tenga tanta audiencia la caja tonta que a veces ofrece cosas buenas es una pena lo que nos estan comiendo el coco y dejandonos comer ojala nos concienciaramos de esto y supieramos que el tiempo es oro y sepamos apagar o cambiar de canal y si en nuestra casa lo estan viendo decirlo y si no se puede hacer nada levantarnos e irnos a leer un buen libro

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